Nunca me ha gustado San Valentín, tengo que decirlo. Francamente me parece una de esas fechas en las que se obliga a la exaltación del “amor” mientras otros hacen caja. Por mi condición de comunicadora, sin embargo, me toca cada año realizar campañas relacionadas con este tema: joyerías, tiendas de regalos y sobre todo restaurantes, son objeto de ellas.